19 Mar Bruxismo infantil: Mi hijo rechina los dientes ¿qué debo hacer?

¡Hola de nuevo! Esta semana os voy a hablar sobre el bruxismo infantil, ya que muchas veces me habéis comentado en la consulta que vuestros hijos rechinan los dientes por la noche.

El Bruxismo infantil es el movimiento no funcional de la mandíbula que provoca que los dientes superiores e inferiores entren en contacto desgastándose. A veces, este desgaste es tan grande que puede provocar toda la pérdida del esmalte del diente, exponiendo el nervio, por lo que puede provocar sensibilidad y dolor. Además el movimiento de la mandíbula durante largos periodos de tiempo y con movimientos erráticos provoca dolor en la articulación y dolores de cabeza.  Aunque es mas común en la noche, también se puede producir por el día.

Los últimos estudios dicen que alrededor de un 20% de los niños sufre este trastorno, sobre todo en edades comprendidas entre los 4 y 8 años. Aunque la causa aún no es bien conocida, existen muchos factores que están relacionados. Uno de los aspectos estudiados de esta patología es el psicológico, ya que el bruxismo podría ser una respuesta a la tensión emocional, la ansiedad y el estrés.

Los psicólogos aconsejan disminuir la actividad física y mental antes de dormir, crear un ambiente relajado cambiando la televisión por la lectura de un libro o un baño caliente puede ayudar a que el sueño sea mejor. No es aconsejable el uso de relajantes musculares en niños.

Otro de los factores precipitantes del bruxismo infantil son las maloclusiones, es decir, una mordida incorrecta.

Es importante que si notáis este fenómeno en vuestro hijo lo consultéis con el dentista para buscar el mejor tratamiento, el cual va a variar en función de la edad. Por ejemplo, si ya tenemos una dentición definitiva podemos colocar un férula para evitar el desgaste dentario y el dolor de la articulación. También puede variar dependiendo de la causa, ya que si el dentista observa una maloclusión tendrá que colocar un aparato que la corrija.

Tranquilos, no os tenéis que pasar la noche en vela para comprobarlo, en las revisiones anuales en el dentista comprobamos si existe este problema o podéis comentárnoslo si lo habéis observado en vuestros hijos.